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Guía para tomar buenas decisiones como director

Banco BASE
Banco BASE
15 abr 2019 · 6 min de lectura

Para afrontar las decisiones claves que como director requieres tomar cada día, hace falta capacidad y entrenamiento.

Por ejemplo, la toma de decisiones financieras es muy sensible, por lo que el director necesita efectuar análisis de las variables externas e internas que pueden afectar al desarrollo de las actividades en la organización.

La función de los administradores en relación a la toma de decisiones, de acuerdo a la Corporación Interamericana de Inversiones (CII), se puede dividir primordialmente en cuatro áreas: inversiones, dividendos de financiación, gestión de activos y política de dividendos.

En el área de inversiones, el director financiero requiere determinar el tamaño adecuado para la empresa. Hacer un estudio de mercado y tener claros los objetivos de la empresa ayudarán a este fin. Se requiere analizar bien la demanda, tecnología y equipos, medios de financiamiento y los recursos humanos existentes.

Una vez que tengas estos datos, como director necesitas analizar si los recursos con los que cuentas se adaptan al tamaño óptimo deseado de la compañía. Si no, tendrás que identificar qué tipo de activos deberías comprar o, en el caso opuesto, vender o deshacerte de ellos para lograr una gestión funcional.

Para lograr la continuidad del negocio a largo plazo es indispensable definir la estrategia de crédito. Tener financiamiento permitirá a la empresa mantener un ingreso constante de capital, ya que el margen de ahorro no permite que la operación continúe si no hay liquidez adicional.

Definir los diferentes aspectos de la estrategia de financiación te ayudarán a tomar decisiones más claras. Puedes considerar todas las opciones de fuentes dispuestas a dar crédito a la empresa y definir la mejor opción. De igual forma tienes opción de diseñar una estrategia mixta de financiamiento, es decir, combinar créditos a corto y largo plazo para cumplir las metas de inversión.

Para que la empresa cubra correctamente sus obligaciones se requiere la gestión de activos adecuada. Como director financiero has de asegurar que los activos existentes se manejen de la mejor forma. Por lo general, necesitas priorizar la gestión de activos corrientes antes que la gestión de activos fijos. Los activos corrientes son aquellos que en un futuro se convertirán en efectivo, como las cuentas por cobrar o inventarios. Los fijos carecen de liquidez debido a que se necesitan para el funcionamiento de la operación en forma permanente, como oficinas, bodegas, vehículos y otros.

Una de las decisiones financieras más importantes que requieres tomar como director tiene que ver con la política de dividendos que quiera llevar a cabo la empresa. Tiene que ver con la proporción de ganancia que se entregará a los accionistas. Se ha de establecer si las ganancias generadas se reinvierten en la organización o si se distribuyen entre los accionistas. Como en el caso de financiamiento, se puede tener una política mixta en ese aspecto, considerando que para crecer a largo plazo ha de reinvertirse en corto plazo.

¿Y cómo decidir mejor?

Cuando se acepta la responsabilidad de dirigir o gestionar un negocio, decidir es un reto permanente; por ello, es importante el autoconocimiento de las prioridades y valores de la empresa.

Los especialistas en Recursos Humanos hacen seis sugerencias para orientar a los directivos financieros. Pueden ayudarte a sentirte mejor con las decisiones que has tomado o que tomarás en un futuro. 

  1. La sensación de control de elegir nos hace sentir mejor 

Para comprender esta frase, leamos este ejemplo: Elegir el tratamiento mejora el resultado en los pacientes. Durante una investigación se ofreció a un grupo de personas varias opciones de tratamiento igualmente inefectivos. Eran solamente placebos aunque a los participantes les dijeron que eran analgésicos potentes. A unos pacientes les asignaron el tratamiento y otros pudieron decidir cuál tomar.

¿Puedes adivinar a quiénes les pareció mejor su “analgésico”? Claro. A aquellos que tuvieron la posibilidad de elegirlo. ¿A qué se debe? Elegir por uno mismo, en vez de que otros o las circunstancias elijan por nosotros, nos aporta la ilusión de control.

  1. Decide qué tienes que hacer para tomar la decisión

Cuando no sabes qué decidir, en vez de retrasar o dejar pendiente una decisión, decide qué harás para decidir.

Las personas tienden a postergar las decisiones relevantes que implican cierta dificultad, esfuerzo, inversión o consecuencias importantes, comenta Alcántara. Se cree que el paso del tiempo facilitará todo, pero en realidad una decisión no tomada puede generar perjuicios económicos y en la organización, además de que implica una carga mental.

Decidir qué tienes que hacer para tomar la decisión y así evitar el estrés, consiste en establecer criterios que faciliten tu decisión, obtener más información y conocer casos o situaciones similares.

  1. Considera las condiciones en que tomas las decisiones

Debemos intentar no decidir bajo condiciones extremas, sean positivas, negativas o de presión.

Por ejemplo, si haces la compra cuando tienes hambre, tu hambre condicionará tu compra. Un estudio realizado en 2013 sobre el proceso de toma de decisiones concluye que no se es pobre porque se decida mal, sino que se decide mal cuando se es pobre. 

La pobreza impide o dificulta las funciones cognitivas. El estrés que generan las preocupaciones financieras afecta negativamente a las decisiones de las personas con menos recursos, lo que implica que entre más pobres somos menos margen y habilidad tenemos para dejar de serlo.

Si tenemos que decidir, mejor hacerlo siendo conscientes de cómo las circunstancias presentes pueden afectar esas decisiones y condicionar el futuro inmediato.

Cuidado también con decidir cuando estamos muy “a gusto”, dice, porque se puede generar la ilusión de que la decisión que estamos tomando no es tan importante como parece y hacerlo a la ligera, con consecuencias negativas.

  1. Decide en función de lo que te importa ahora, no de lo que “debería” importarte

Considera tus valores actuales como criterios para decidir.

Por lo general, es un error decidir en función de los valores que supuestamente te gustaría que tu vida tuviera en el futuro, en vez de decidir de acuerdo a tus motivaciones actuales.

Por ejemplo, si nunca te has mostrado interesado por los idiomas y es un ámbito de conocimiento que a priori no se te da bien, es un tanto arriesgado considerar la posibilidad de forjar una trayectoria profesional internacional a medio plazo. Así que no tomes decisiones importantes sobre tu futuro en base a un interés que todavía no tienes, ya que podría ser que nunca lo tengas. 

  1. Decide darte el tiempo que necesites para decidir

Los bosquimanos, uno de los pueblos más antiguos del mundo originarios del sur de África, suelen cazar con flechas envenenadas. Por eso, cuando hay un conflicto, las esconden y se sientan a negociar, días o semanas, si hace falta.

A veces, es una buena opción decidir más tarde. En palabras de Adam Smith, si abordas cada situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces. Decidir no es fácil, porque conocer los factores relevantes tampoco lo es, incluidos nuestros intereses.

Si no tienes tiempo, deberás decidir ya. Pero si lo tienes, no te presiones. 

  1. Acepta las consecuencias de tus decisiones y relájate 

Antes de decidir, analiza las posibles consecuencias negativas de cada una de las alternativas disponibles y prepárate para aceptar las que puedan tocarte con lo que finalmente elijas.

Es difícil asegurar que haya siempre una “elección correcta”, y aunque así fuera, los cambios en las circunstancias y condiciones futuras relativizan el valor de las decisiones pasadas.

En la vida profesional y en tu negocio puedes equivocarte en una decisión. Sin embargo, la verdadera mala decisión es vivir sin aceptar la equivocación. 

Para mayor orientación con este tema, lee a continuación la infografía que sintetiza un proceso de toma de decisiones.

BASE-Infografia-Blog-no-3-EMP-Abril-2019

 

Manual práctico para Planeación y Gestión Financiera en la Empresa