El escenario político actual, tanto en México como en Estados Unidos, está marcado por un periodo de transición crucial que afecta directamente las decisiones empresariales, especialmente en el ámbito del nearshoring. La convergencia de los procesos electorales en ambos países puede generar incertidumbre inusual traducida en volatilidad en los mercados, complicando la planificación de los flujos futuros y compromisos financieros de las empresas que operan en la región o que tienen exposición cambiaria o de tasas.
En este contexto, en Banco BASE hemos realizado un análisis detallado sobre las perspectivas del nearshoring en estos tiempos electorales, con el objetivo de proporcionar una visión clara del panorama actual y ayudar a las empresas a tomar decisiones informadas.
Entendiendo el presente
A pesar de la coyuntura electoral, el primer trimestre del año ha mostrado una particularidad: la Inversión Extranjera Directa se ha mantenido estable al igual que el tipo de cambio. De acuerdo con la Secretaría de Economía, de enero a marzo del 2024 entraron a México 20,313 millones de dólares de inversión extranjera directa (IED), alcanzando un nuevo máximo histórico para un primer trimestre y mostrando un crecimiento de 9% respecto a 2023, comparando con cifras preliminares. Sin embargo, no deberá sorprendernos que, aún pasado el periodo electoral en México, los inversionistas seguirán con una postura cautelosa, retrasando algunos anuncios de inversión hasta después del segundo round de elecciones en EUA y a la espera del reacomodo de la entrante administración.
Pese a ello, es esencial que la IED no se estanque, ya que los beneficios derivados de la disputa comercial entre Estados Unidos y China han favorecido la relocalización de empresas extranjeras en México.
¿Cómo influye la política en esto?
La llegada de empresas extranjeras al país resalta las necesidades internas que deben de tomarse en cuenta para mantener estas inversiones. Las principales preocupaciones se centran en si México cuenta con la infraestructura adecuada para mantener la operación de sus negocios, especialmente en áreas críticas como la seguridad, tecnología y el suministro de agua y energía.
Por lo que surge la interrogante sobre qué acciones emprenderá la próxima administración para retener estas inversiones, potenciarlas y solucionar las necesidades derivadas de la relocalización de empresas.
¿Qué se puede esperar?
Independientemente de los ganadores en las elecciones, incluso de llegar nuevamente Donald Trump al Gobierno, consideramos que el ex Presidente ya no representa un riesgo para las inversiones o el mercado, de alguna manera el público inversionista ha aprendido a sortear la volatilidad “momentánea” que es capaz de causar.
Por lo que el futuro del nearshoring en México sigue siendo prometedor, a pesar de que sólo estamos aprovechando el 10% de la oportunidad. Se espera que sectores como el automotriz, industrial y financiero sean los más beneficiados, debido a que México tiene la capacidad para procesar materias primas y convertirse en un HUB de inversión para armadoras, impulsado también por la ubicación privilegiada del país. En el análisis minucioso realizado por los expertos en BASE, puedes consultar gratuitamente una visión detallada de la expectativa económica en México.
Ante este escenario, es importante que las empresas cuenten con un aliado estratégico que les facilite un soft landing en el país y que siga siendo un guía al establecerse en una nueva región. En Banco BASE, ofrecemos servicios especializados para las empresas que participan en el comercio internacional, desde asesoría experta en coberturas y análisis del tipo de cambio hasta soluciones personalizadas para garantizar que sus transacciones internacionales lleguen a su destino sin contratiempos. Confía en nosotros para facilitar tus operaciones y maximizar el éxito de tu empresa en la región. Conócenos.
Este artículo fue publicado en Forbes con información de Banco BASE.