La volatilidad en los mercados se considera comúnmente un riesgo cuando se trata de inversión, pero también puede representar una oportunidad si se diversifica la cartera y se invierte a largo plazo.
El precio de las acciones en el mercado bursátil tiende a ser volátil por diversos factores, que van desde la gestión corporativa hasta el entorno macroeconómico. Para los inversionistas, es indispensable informarse de qué variaciones se han dado y se esperan en sus carteras.
Dependiendo de la perspectiva que se adopte, se puede ver riesgo u oportunidad en la volatilidad. La clave está en diseñar un buen plan de inversión, y apegarse a él sin entrar en pánico si los precios caen abruptamente, ni dejarse llevar por la euforia si suben.
¿Qué es volatilidad?
Para explicarla, la volatilidad, que tiene su origen en la estadística, define las variaciones en los rendimientos de cualquier activo en relación con su promedio en un lapso determinado.
En estadística se le llama "desviación estándar" y determina las variaciones en los movimientos del precio de una acción. Al hacer el comparativo con la inestabilidad del mercado en general, se le conoce como volatilidad beta.
Cuando un activo ofrece rendimientos más o menos estables, se dice que su volatilidad es baja. Si, al contrario, su precio registra mínimos y máximos muy variables, en lapsos cortos, se le considera altamente volátil.
¿Qué tipos de volatilidad hay?
Con base a los datos que se tomen para determinarla, se habla principalmente de dos tipos de volatilidad:
Volatilidad histórica.
Se calcula con base en las desviaciones pasadas en el rendimiento de una acción, en relación con un promedio, en un determinado periodo de tiempo. Este parámetro de volatilidad variará de acuerdo con el lapso de tiempo en que se haga el cálculo. No mide el precio del activo, sino las diferencias en su rentabilidad en el periodo de análisis.
Volatilidad implícita.
Se busca predecir a futuro el comportamiento del activo en el mercado, por lo que se considera un parámetro de lo que se espera en el mercado. Su cálculo parte del precio actual del activo y refleja la conducta del mercado, por lo que su valor será mayor si la bolsa está a la baja y menor si está al alza.
¿Riesgo u oportunidad?
La volatilidad se asocia con el riesgo porque se le interpreta de acuerdo con la teoría moderna de carteras de Harry Markowitz, la cual hace un cálculo de la rentabilidad que se puede esperar sobre un activo con base en la rentabilidad que demostró en el pasado, buscando reducir los riesgos totales mediante la diversificación de la cartera.
Que se le considere riesgo u oportunidad tiene que ver con las decisiones impulsivas al momento de invertir. Si el inversionista es adverso al riesgo vivirá las caídas de precio intensamente y se sentirá tentado a protegerse de pérdidas retirándose del mercado.
Este es un error, pues es una manera de confirmar dichas pérdidas, pues no se da oportunidad a que el activo se recupere. Para inversionistas exitosos como Warren Buffett, la volatilidad es la oportunidad de obtener grandes ganancias.
Su perspectiva es que los activos más volátiles son los que pueden ofrecer los mayores rendimientos precisamente por los riesgos que implican, pero, además de darles el tiempo suficiente, los valores tienden a recuperarse de sus pérdidas con el tiempo.
Para estos inversionistas, los deslizamientos en el mercado son oportunidades para comprar a precios bajos con la perspectiva de mantener su inversión a largo plazo y beneficiarse no solo de la recuperación sino también del interés compuesto.
De ahí la importancia de invertir a largo plazo y apegarse a los planes de inversión previamente diseñados.
El razonamiento de estos inversionistas menos conservadores, o más audaces, es que la volatilidad histórica, la más utilizada por la facilidad con que se puede calcular, en realidad solo considera aspectos estadísticos de comportamientos pasados y no toma en cuenta las variables cualitativas en la gestión de una empresa que pueden detonar su crecimiento y su valor como oportunidades de inversión favorables.
Y para las empresas, ¿qué representa?
Cuando los mercados son volátiles no es buen momento para que las empresas busquen financiamiento mediante la emisión de acciones, ya que no es una opción rentable.
En opinión de expertos, estos periodos de alta volatilidad que implican un costo mayor de la liquidez, deben ser aprovechados por las empresas para replantear sus estructuras corporativas y mejorar su gobernanza.
Si no existe gran necesidad de financiamiento, es preferible que se enfoquen en buscar alternativas en instrumentos financieros que puedan resultar menos costosos para ellas y más atractivos para los inversionistas.
La volatilidad de los mercados no tiene que ser necesariamente mala. Basta con tener claras tus metas de inversión y planear a largo plazo. Sin embargo, también debes ser paciente y no dejarte llevar por el pánico o la euforia que suele acompañar a la inestabilidad bursátil.