Economia, Perspectivas

A un año de las elecciones ¿qué ha pasado?

Gabriela Siller Pagaza
Gabriela Siller Pagaza
3 jul 2019 · 2 min de lectura

A un año de las elecciones en México el tipo de cambio acumula una apreciación de 4.4% u 88 centavos, mientras que la tasa de rendimiento de los bonos M ha bajado 20 puntos base (0.20%).

El peso se apreció no porque lo consideren menos riesgoso, sino por una mayor demanda de instrumentos de deuda mexicanos y por el atractivo que representa la tasa de interés (el diferencial entre la tasa real libre de riesgo de México y la tasa real de Estados Unidos, se ha ampliado de 81 puntos base promedio en primer semestre de 2018 a 140 puntos base promedio de los últimos cuatro trimestres).

De hecho, la incertidumbre se ha incrementado, provocando un menor crecimiento económico y caídas en el IPC de la BMV que del 2 de julio de 2018 a la fecha acumula un retroceso de 7%. La incertidumbre inició con la consulta pública y cancelación del nuevo aeropuerto de la Cd. de México y siguió con 1) iniciativas y propuestas de la actual legislatura que tomaron por sorpresa al mercado financiero, 2) huelgas en Matamoros y la posibilidad de contagio hacia otras ciudades, 3) bloqueos de vías férreas en Michoacán, 4) desabasto de gasolina por combate al huachicoleo y 5) la posibilidad de menor comercio con Estados Unidos (esto último debido a la insistencia de Donald Trump de controlar el flujo migratorio de Centroamérica).

Entre los principales cambios de un año a la fecha también está la revisión de la perspectiva de la calificación crediticia, de estable a negativa, por parte de las calificadoras y el recorte de un escalón a la calificación por parte de Fitch Ratings, siendo el principal argumento la incertidumbre sobre las acciones de política económica y la estrategia de rescate de Pemex, que no ha resuelto el tema fundamental de esa empresa: la necesidad de elevar la producción petrolera.

Otro punto relevante, es la expectativa de crecimiento económico, la cual se ha deteriorado significativamente a pesar de que la confianza del consumidor alcanzó niveles máximos históricos. La expectativa de crecimiento para 2019 ha pasado de 2.24% en junio de 2018 a 1.13% en junio de 2019, como resultado de una desaceleración del consumo y las exportaciones, así como una contracción del consumo de gobierno y la inversión, tanto pública como privada. El menor consumo y la inversión se debe a que tanto la población como el sector empresarial enfrentan un panorama incierto, lo que frena sus decisiones. La desaceleración de las exportaciones se debe al menor ritmo de la economía estadounidense y al fortalecimiento del peso mexicano, mientras que el menor gasto de gobierno al subejercicio del presupuesto.  

Así, la incertidumbre y el ejercicio del gasto de gobierno parecen ser las piezas claves para el futuro económico de México. También son clave las acciones de política monetaria, pues por un lado existe más holgura económica, lo que es un argumento a favor de un recorte de la tasa por parte de Banxico, pero por otro lado es clave que se mantenga el atractivo de invertir en instrumentos mexicanos, para evitar flujos de capitales negativos que eleven el tipo de cambio y en consecuencia, la inflación.