Cristina Rovelo Martínez.
Lo dice la Real Academia Española, no yo, no tu asesor financiero:
“Especular es realizar operaciones comerciales o financieras con la esperanza”, (cruzando los dedos), “de obtener beneficios, aprovechando las variaciones de los precios”. (p. e. el movimiento del tipo de cambio).
Por lo menos en 3 de cada 10 citas, la reacción inicial de las empresas que visitamos tras pronunciar una palabra que empieza con “D” y termina con “erivados” es de tensión y negación, puesto que “no quieren especular con el tipo de cambio”.
¿Tiene sentido la reacción de estas empresas “conservadoras” al contrastarla con la definición de la Real Academia Española? No lo creo. Hablando de una tesorería, la especulación se puede dar en las operaciones que se realizan en el día a día: Comprando más dólares de los necesarios por si se sube, obtener un ingreso adicional; monitoreando el tipo de cambio desde que abre hasta que está a punto de cerrar para pactar la operación que se necesita y así pagarle a un proveedor al “menor tipo de cambio posible”; comprando más inventario del presupuestado porque se encontró una ganga y por una corazonada se espera que las ventas de dicho producto incrementen en los próximos meses; omitiendo el pago de un seguro porque “nunca se ha tenido que usar”; esperando que el tipo de cambio suba para que se concrete un crecimiento en las ventas, ya que eso significaría recibir más pesos por cada uno de los dólares de ingresos por exportación, etc.
Dicho lo anterior, la naturaleza de un instrumento derivado no es por sí sola ni especulativa ni de cobertura. ¿De qué va a depender? Del fin para el que lo utilicemos. Analicemos la siguiente situación:
El tesorero de una empresa sabe que dentro de 30 días tiene que pagar una factura en dólares, dólares que tiene que salir a comprar porque los ingresos que recaba son en moneda nacional. Dado que no tiene liquidez para comprar los dólares en este instante, tiene dos opciones:
Entrar en el juego de la ruleta rusa cambiaria, cerrar los ojos y abrirlos dentro de 30 días para ver qué tipo de cambio señala la casilla que el destino le puso sobre la mesa.
Pactar un instrumento derivado (sea un forward, una opción o alguna estructura) desde el día de hoy, que le permitirá conocer con exactitud la cantidad de pesos mexicanos que necesitará para cubrir el pago de la factura en dólares.
¿Con cuál de las dos opciones nuestro tesorero va a dormir bien? ¿Cuál de las dos opciones representa certeza? Levanto la mano por la segunda opción, que no representa una especulación.
En el mercado podrás encontrar una amplia oferta de instrumentos derivados; sin embargo, queremos resaltar que la elección de la estrategia deberá depender del tipo de exposición cambiaria de tu tesorería. Lo último que queremos es que la ejecución de una operación de derivados te lleve a cruzar la línea entre la cobertura y la especulación.
Dicho en otras palabras, será en función acorde a cómo te aporta estrés el tipo de cambio, como te presentaremos una estrategia de operación con instrumentos derivados, bajo un enfoque de cobertura.
¿Quién no valora sus horas de sueño? ¡Todos queremos dormir bien!