En estos tiempos en que la tecnología se desarrolla a velocidades realmente aceleradas, existen nuevas formas de delincuencia conocidas como ciberfraudes. El vishing es uno de ellos.
Su nombre proviene de la fusión de las palabras de origen inglés: voice y phishing y es utilizado por sus operadores para estafar y robar datos como contraseñas e información de tarjetas de crédito.
¿Cómo funciona?
Por lo general, el estafador crea un sistema de voz automatizado casi idéntico al de los sistemas de bancas en línea, muy real ciertamente. Este llama a sus víctimas y les notifica que se han hecho cargos sospechosos en alguna de sus tarjetas de crédito. Se hace pasar por un ejecutivo del banco emisor de la tarjeta en cuestión y “tranquiliza” a la persona diciéndole que los cargos están detenidos (sin autorizar), hasta no verificar con el usuario que son genuinos.
Cuando la víctima confirma que él no ha hecho ningún cargo, el estafador simula transferirlo a otro departamento del banco para verificar ciertos datos y así proceder a la cancelación de los mismos. Cabe mencionar que al hacer la “transferencia” de la llamada se escuchan las grabaciones de publicidad o ayuda que tienen los bancos reales. Esto hace mucho más difícil de identificar si se trata de un fraude o no.
La trampa concluye cuando el nuevo supuesto ejecutivo que le ayudará a cancelar los cargos, le pide la numeración completa de su tarjeta o de su cuenta eje en el banco, supuestamente para verificar los datos y autorizar la eliminación de los cargos fraudulentos.
Si la víctima cae en la trampa y proporciona estos y otros datos, el ciberdelincuente tendrá carta abierta para hacer mal uso de la cuenta o tarjeta de crédito, ya con todo lo necesario proporcionado por el dueño de la misma.
En otra modalidad, el estafador que avisa a su víctima de cargos sospechosos en su tarjeta de crédito, le pide que llame a un número de atención a clientes (proporcionado por él, obviamente) para proceder a la cancelación. La víctima llama a este número telefónico y se topa con un sistema de voz idéntico al de su banco, en donde le solicitan número de tarjeta, fecha de expiración, nombre completo y hasta el número de seguridad.
¿Qué debes saber para no ser víctima de fraude digital?
• Ninguna institución bancaria pedirá información confidencial como NIP, contraseñas o números de seguridad de las tarjetas a sus clientes.
• Si alguna llamada te resulta sospechosa, mejor cuelga y llama a los números oficiales de tu banco publicados en su sitio web. No llames a los que te proporcionen los supuestos ejecutivos.
• Las compañías, entidades bancarias u operadores de tarjeta no solicitan información personal a sus clientes o verificación de sus cuentas por mensaje de texto o vía correo electrónico.
• Si te envían un mensaje con alguna dirección web y crees que puede ser verdadero y que proviene de tu banco, ingresa al sitio de la institución escribiendo la dirección directamente en la barra del navegador, para evitar ingresar en alguna página realizada por el delincuente.
La principal herramienta contra estos tipos de estafa está relacionada con el conocimiento y la educación. Si recibes llamadas, correos, mensajes SMS o de WhatsApp que despierten en ti la más ligera de las sospechas, antes de poner en riesgo tu información financiera confidencial, verifica minuciosamente si proviene de un origen real y confiable.