Hoy, muchas empresas todavía operan con una tesorería operativa: enfocada en tareas administrativas del día a día, como pagos, dispersión de nómina y conciliaciones. Si bien estas actividades son importantes, no siempre generan valor estratégico para el negocio.
En cambio, evolucionar hacia una tesorería estratégica significa pasar del control operativo a la planeación, análisis y toma de decisiones que ayudan a crecer la empresa y protegerla en un entorno económico cambiante.
¿Qué caracteriza a una tesorería operativa?
Una tesorería operativa se enfoca principalmente en el cumplimiento diario:
- Realizar pagos a tiempo.
- Gestionar cuentas por cobrar y por pagar.
- Administrar bancos y saldos.
- Hacer conciliaciones bancarias.
- Resolver incidencias operativas.
Aunque estas tareas son necesarias, cuando la tesorería se queda solo en este nivel, se limita a reaccionar en lugar de anticipar.
Qué significa tener una tesorería estratégica
El entorno exige tener un rol estratégico para sobrellevar factores externos a la operación propia del negocio tales como:
- Volatilidad cambiaria.
- Cadenas de suministro globales.
- Factores macroeconómicos y políticos globales.
Una tesorería estratégica busca anticipar estos riesgos, proteger la liquidez y apoyar el crecimiento del negocio. Esto implica:
- Planificar el flujo de efectivo (semanal, mensual y anual).
- Evaluar escenarios financieros y de mercado.
- Identificar riesgos como el tipo de cambio.
- Establecer políticas internas claras.
- Optimizar costos financieros.
- Elegir herramientas y aliados especializados, como un banco especializado en comercio exterior
La clave está en adelantarse a las necesidades de la empresa, no solo atenderlas al momento.
El papel del tipo de cambio en la tesorería estratégica
Para muchas empresas, el tipo de cambio tiene un impacto directo en sus costos, ingresos y rentabilidad. Por eso, una tesorería estratégica debe:
- Asegurar el tipo de cambio presupuestado definido en la planeación financiera.
- Evaluar opciones que permitan cumplir con la estrategia de cobertura financiera diseñada.
- Asesoría experta para ayudarte a identificar los momentos del mercado que permitan tomar oportunidades alineadas a la estrategia de cobertura cambiaria.
El objetivo no es “adivinar” el tipo de cambio, sino crear una estrategia que reduzca la incertidumbre y evite impactos inesperados.
De la operación al valor estratégico: pasos clave
Para pasar a una tesorería estratégica, considera implementar:
1. Planeación del flujo de efectivo.
El dinero correcto en el lugar y momento correcto.
- Proyecta entradas y salidas para anticipar necesidades y oportunidades.
- Establece políticas de inversión de excedentes a corto plazo.
- Busca opciones de líneas de crédito flexibles.
2. Políticas claras y procesos simples.
Define cómo se autorizan pagos y compras, límites y contingencias.
3. Uso de tecnología.
Plataformas para gestión de pagos y administración de recursos que ofrezcan automatizar procesos y reducir errores para liberar tiempo que será enfocado en análisis y planeación.
4. Gestión integral de riesgos.
Mapear los riesgos financieros a los que se puede enfrentar el negocio y definir políticas claras para establecer qué riesgos se cubren y cuáles se toleran.
- Monitorea constantemente el entorno macroeconómico y político global.
- Apóyate de instituciones financieras especializadas en temas cambiarios.
- Utiliza coberturas financieras para fijar precios y tasas.
5. Acompañamiento experto.
Tener aliados expertos que entiendan tu operación, como un banco especializado en comercio exterior, te permite tomar decisiones informadas y simples, ya que pueden ser esa extensión de tu tesorería para llevar procesos del día a día para descargar carga, monitorear el mercado e identificar oportunidades.
Planificación financiera sólida en un entorno volátil
Para realizar una planificación financiera estratégica no basta solo con números en Excel. El factor clave es la integración de elementos que reflejen la realidad del negocio en el entorno económico y estén preparadas para reaccionar ante imprevistos.
Para ello, pueden hacer un análisis de 7 pasos principales:
- Tener un tipo de cambio presupuestado es clave para tener un punto de partida y mantener un margen de utilidad.
- Proyecciones de flujo de efectivo. La tesorería sabe mejor que nadie en la empresa qué tenemos, qué vamos a necesitar, cuánto flujo necesitamos disponible mes a mes, etc.
- Supuestos macroeconómicos y política global. Por ejemplo, las negociaciones del T-MEC en 2026 podrían afectar en las reglas comerciales, por lo que es importante considerar en la planeación acciones ante una circunstancia adversa.
- Escenarios alternativos (“what if”) que se derivan del punto anterior, es decir, qué pasa si me encuentro con X barrera (por ejemplo, un nuevo arancel), qué alternativas tengo, etc.
- Considerar el uso de cobertura financiera tanto para tipo de cambio como para tasas de interés, ya sea para pasivos financieros o para inversiones.
- Definir los límites y políticas base de liquidez que debemos seguir para no salirnos del plan.
- Los 6 puntos anteriores deben llevarnos a la alineación y enfoque de la estrategia establecida para el negocio.
En resumen, pasar de una tesorería operativa a una tesorería estratégica no es un cambio inmediato, pero sí es un proceso necesario en el contexto global actual, ya que una tesorería estratégica permite ser ese eslabón que tiene soluciones oportunas, eficaces y a bajo costo para cada situación generando valor para el negocio, a diferencia de una operativa que normalmente suelen ser reactivas (apagafuegos) que conlleva costos no planeados.
Lo más importante: no se trata sólo de administrar dinero, sino de anticipar, planear y acompañar el crecimiento del negocio.
